Un campesino del norte de Italia ha sido condenado a pagar una multa de 200 euros porque su gallo cantaba al alba despertando a los vecinos. Ante el juez, el campesino de la pequeña localidad de Malles, cerca de Trento, en el nordeste de Italia, contó que debido a las protestas anteriores de sus vecinos había tenido que sacrificar cuatro gallos.Pese a la justificación del grenjero de que necesitaba "al menos un gallo en el gallinero", el juez encargado del caso lo condenó a pagar la multa.La asociación de agricultores de la región ha anunciado que recurrirá esa medida en solidaridad con el campesino.
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